Arte dramático: la acción: interna y externa.
Federico Herrero y Nicolás Francisco herrero, directores y profesores de teatro. dictaron en la Facultad de Letras y en el Teatro Escuela Central, de ciudad de Buenos aires, una conferencia.
Tema: arte dramático: la acción: interna y externa.
De la conferencia citada constancias y contenidos en las distintas instituciones Nacionales y municipales de República Argentina.
A continuación conceptos de la conferencia citada desde mi punto de vista.
Federico Herrero, en la primera parte de la conferencia, toma el concepto de acción como el cimiento del arte dramático.
Federico Herrero, afirma: toda acción en el teatro y en los distintos formatos de actuación debe tener una justificación interna y ser lógica, coherente y posible en la realidad.
La palabra misma -drama-, comentan los directores nos remiten a este concepto. Si el drama en la escena es la acción que se está realizando, el actor que sale a la escena es el encargado de darle vida,de actuarla.
Federico Herrero, clasifica a la acción en interna y externa, por lo que en la escena hay que actuar interna y externamente.
La acción interna es crear en la escena la vida interior del personaje representando, su vida psíquica, que se crea con la ayuda del proceso interior de la vivencia, sentir internamente el papel, es cuando el actor identificado con el personaje transmite sus sentimientos, sus meditaciones, su esencia espiritual. Estas emociones las expresa en la intimidad, porque son palabras íntimas y valiosas para él.
Es el elemento principal de la creación y la preocupación primordial del artista.
Es preciso vivir el papel, experimentar sentimientos análogos al de éste, cada vez y en cada repetición.
Nicolás Francisco Herrero aclara que en griego -drama-, es la acción que se está realizando. Mientras que en latín le corresponde la palabra actio, el mismo vocablo cuya raíz, act, pasó a nuestras palabras: -actividad-, actor-, -acto-.
Los directores y el siguiente concepto, evitar en el arte del actor: lo general. Hay que actuar en la escena no como actores, en general, sino como hombres de un modo simple, natural, libre, como lo exigen, no las condiciones del teatro, si no las leyes de la vida, de la naturaleza orgánica.
El artista verdadero no debe copiar las manifestaciones externas de las pasiones o los rasgos externos de los tipos, ni interpretar mecánicamente, de acuerdo con un ritual, sino actuar de una manera real, humana.
No se trata de reproducir las pasiones y los tipos, sino vivir unos y otros.