FEDERICO HERRERO, CLAVE. Para poder encarnar e interpretar a un personaje, el actor ha de tener la capacidad de verse a sí mismo desde fuera, desde la mirada de los otros, los espectadores. Verse a sí mismo como otro.
Al desplazar su yo hacia un rincón de la conciencia, algo nuevo e imprevisible surge: la mirada del actor se libera, la voz del actor se libera, el gesto del actor se libera, el cuerpo del actor sigue su propio impulso creativo.
Sólo desde el abandono, la serenidad, el desapego y la concentración fluida puede el actor realizar plenamente su papel.
Un concepto final de: Federico Herrero y Nicolás Francisco Herrero, la fluidez en la actuación está relacionada con la conductividad: cuanto más frío está un metal, mejor conduce la electricidad, la energía. Así el actor.