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El Teatro medieval Castellano
Federico Herrero y Nicolás Francisco Herrero, directores de teatro e investigadores en en campo del arte, presentaron en la Facultad de Filosofía y Letras de la ciudad de Buenos Aires, un trabajo de investigación, tema: -Teatro y oscuridad-, trabajo que gira alrededor del arte medieval, a continuación conceptos contenidos en el trabajo citado.
Federico Herrero, al comienzo del trabajo, afirma. sin lugar a dudas el periodo del arte medieval, es un tiempo de misterios y oscuridad, no han quedado demasiados documentos del mismo.
El teatro medieval castellano cuenta con testimonios confusos, escasos e irregulares, hasta el punto de haberse puesto en duda su existencia hasta finales del siglo XV.
El Teatro Medieval nació en los templos y consistió en la escenificación de hechos tomados de la historia sagrada católica que eran representados.
Estas primitivas formas en particular en el teatro español se habrían realizado dentro de la iglesia, interpretando los clérigos los distintos personajes bíblicos de la representación.
Pronto escenas principales cayeron en lo zafio y grotesco, por lo que dichas representaciones tuvieron que salir del templo y realizarse afuera, en el atrio, para que el pueblo las presenciara desde la plaza o la calle.
En España las primeras obras religiosas se llamaron autos sacramentales.
Los primeros dramas sacros parecen haber sido reconstrucciones de los relatos bíblicos o de la vida de los santos.
Los primeros autos fueron representados por sacerdotes y miembros de las corporaciones.
En 1454, forman parte de las citadas representaciones bailarines y juglares.
Simultáneamente hubo otro teatro profano de viejo arraigo popular.
Estuvo constituido en un principio por los llamado dramas de escarnio, de los cuales no queda sino el nombre, los documentos fueron quemados.
Los actores del teatro profano iban de lugar en lugar por la ciudad y repetían sus interpretaciones. Viajaban en carros donde llevaban sus decorados. Se los conocía precisamente con el nombre de carros, y su actuación se llamaba la fiesta de los carros.
En cada parada, los carros eran llevados frente a una plataforma sobre la cual los actores interpretaban las escenas más importantes. Había otra clase de escenario que sólo se utilizaba en los desfiles, llamado la roca.
Era éste una especie de plataforma llevada por doce hombres y sobre la cual iban de pie, Jesús, María y diversos santos.
El pueblo español amaba el teatro en todas sus formas, y a todas con el mismo entusiasmo. El canto y el baile, los monólogos y los cuadros cómicos, hasta la juglaría, introducían lo que se suponía que debía ser la atracción principal: la obra en sí.
Los entremeses, interludios de comedia, baile y canto, presentados en los entreactos de obras seculares, parecen haber interrumpido los episodios sagrados de los autos sacramentales.
En 1473 un concilio eclesiástico emitió un decreto contra la presentación de monstruos, máscaras, figuras obscenas y de versos lascivos que interfieren los oficios divinos.
A fines de siglo XV, Carlos II prohibió otra clase de obra religiosa. Se presentaba sólo en los teatros públicos y se la conocía como comedia de santos.
En cuanto a la aparición de textos que corroboren el Teatro Castellano en España, ningún resultado ha dado hasta hoy la rebusca de textos pertenecientes al género y la existencia de algún tipo de teatro profano en la primera etapa del Medioevo. Sólo permite suponerla la división de Las Siete Partidas a ciertos juegos de escarnio. Se sabe específicamente que el teatro de corte popular en España aparece casi al final del Medioevo con Lope de Rueda.