El actor que en un nivel de organización expresiva, trabaja con su cuerpo psíquico y físico, oponiéndose a su natural condicionamiento cotidiano y cultural la cualidad extra-cotidiana del uso de la energía, consigue como resultado la alteración de su equilibrio transformándolo en un equilibrio precario, permanentemente inestable, que es a su vez consecuencia de una importante tensión mental y corporal que exige al actor la intención de luchar por mantenerse entero y activo.
Federico Herrero en la última parte de la conferencia nos brinda el siguiente concepto: la utilización de los recursos expresivos e internos es esencial mente diferente en la vida cotidiana y en las situaciones de representación.
En el nivel cotidiano existe un manejo del cuerpo condicionado fundamentalmente por la cultura y las exigencias sociales.
Pero, en situación de representación, se plantea una utilización del cuerpo, una técnica que es totalmente diferente.
Por lo tanto es posible distinguir una técnica cotidiana de una técnica escénica.
La antropología teatral no pretende descubrir leyes universales, sino reglas de comportamiento útiles para el actor. Intenta encontrar las normas que rigen el comportamiento del actor en escena.